“Tu hijo le pega muy bien al balón” Fueron las palabras de Felix Fernández hacia la entonces retirada porrista de Atlante y buena amiga del plantel del Potro Leticia Rojas. Esa señora es mi madre, y aquel niño gordito que maravilló al portero era yo, Viyick, con apenas 4 años. Fue en un evento que conmemoraba los 80 años de existencia del club. Ese día, Felix y Daniel Guzmán me regalaron mis primeros jerseys de fútbol. Días más tarde mi primer ida a un estadio, fue para ver jugar a los Potros de Hierro de Mejia Barón. Un recuerdo que tengo muy presente, fue contra Santos en cancha del Azteca. Si, mis primeros pasos en esta loca enfermedad que ahora tengo son gracias a Atlante y a mi madre. Y fue justo con mi mamá, acompañados por un par de tequilas con quien vi el juego anoche en Torreón, donde el cuadro Azulgrana daba sus últimos respiros como equipo de Primera División. Y no les voy a mentir, cuando terminó el partido, mi madre volteó a verme y con un tono triste en la voz me dijo: “Se fue mi equipo” En ese momento sentí tanta nostalgia, no se si por la tristeza de Doña Lety o por el enorme cariño que le tengo a este club. El Potro no es más equipo de 1ra, y aunque el descenso era inminente, la sorpresa, los recuerdos y el sentimiento hacen que tanto aficionados, como gente que somos de otros equipos despidamos con melancolía al Atlante.
Y es que aunque el cuadro de Marini ha hecho un trabajo bastante digno esta campaña, los errores, descuidos, malas inversiones y sobretodo pésimas decisiones en los últimos 6 años, son el cumulo y resultado de que ahora esta histórica institución en el balompié mexicano juegue en 2da división.
Parece que fue ayer cuando Clemente Ovalle vencía a Bernal y consumaba el Tercer título de Atlante, o cuando Memo Rojas adelantaba al Potro en Japón contra el Barcelona de Pep. A fin de cuentas, aquel proyecto, esa mudanza, incluso ese campeonato en 2007 que parecía que ponían a Atlante en la elite del fútbol mexicano, terminaron por ser el inicio de una debacle que culminó ayer en la cancha del TSM.
Pero: ¿A quién culpamos por el descenso de Atlante? ¿Jugadores? ¿Directivos? ¿Cuerpos Técnicos? ¿Patrocinios? ¿Afición?. Creo que todos tienen que ver en esta situación, pero principalmente los directivos, quienes se encargaron de desprestigiar, abaratar y descuidar el prestigio y la marca que significa una institución con la historia de los Potros. No solo no han sabido reinvertir o distribuir el dinero que tienen, porque dinero SI HAY, sino que también se les carga el error de la poca visión y falta de estrategias para atraer a más gente que se casara con el equipo. A diferencia de escuadras como Xolos o Santos, que además de los resultados dentro de la cancha, el trabajo de mercadotecnia ha rendido frutos llevando a gente a los estadios y haciendo que sus marcas sean provechosas dentro y fuera del terreno de juego. Estoy seguro que ni los mismos dirigentes estaban consientes del tesoro que tenían en sus manos, tal es así, que a pesar de quitarle su equipo a la gente del DF, un equipo humilde, “El equipo del pueblo” como se hicieron llamar, todavía aceptan que sus juegos vayan solo por TV de paga, lo que representa que sean el equipo con menos ingresos por derechos de televisión de toda la liga, incluso algunos equipos del ascenso recibían más que Atlante. Y no solo es que no los veamos por televisión abierta, sino que al que sus partidos sean por SKY, automáticamente los patrocinios en la playera, la publicidad estática, las entradas al estadio, vayan disminuyendo, lo que provoca cada vez menos ingresos a la institución.
Pero repito, esto va por el dinero, por que capital si había. O cuanto creen que Atlante recibió por los fichajes de Maldonado en su momentos, de Zamora (La joyita del campeonato de 2007) y ya no digamos por los peces grandes como Bermudez, Paredes, Muñóz o Martínez. En total, desde 2007 Atlante recibió 480 millones de pesos por ventas de jugadores, de los cuales solo reinvirtió 215 millones. ¿En qué? En nombres como Roberto Nanni, Esteban Solari, Joaquín Larrivey, Jorge Guagua, Walter Ervity y muchos más que resultaron ser errores que a la postre generarían perdida de dinero, tiempo y lugares en la porcentual. ¿Dónde quedaron los otros 265 millones? En el estadio no los invirtieron, porque aquel proyecto inicial de agrandar el Andrés Quintana Roo a más de 30 mil espectadores jamás se concretó. En campañas de publicidad o marketing deportivo tampoco porque de Atlante nadie sabía nada más que el día que jugaba, en promociones para que la gente fuera a la cancha, menos, porque Cancún era la plaza con menos promedio de entrada a los estadios con 8500 personas cada 15 días para ver al equipo. Yo me pregunto: Si vieron que la gente se alejó del estadio en Cancún ¿Por qué no traerlo a jugar 1 o 2 juegos al DF? Por lo menos aquí cada visitan a América, Pumas o Cruz Azul, las cabeceras visitantes están atascadas de todo el barrio de Tepito y sus anexos. En resumen, Atlante es un mal negocio, que terminó por hacer una institución vieja y sin una mínima intención de renovación.
Aunado a los errores de los de pantalón largo, vienen las situaciones cancha. Y aquí no se necesita ser un genio para saber donde está el error. 11 técnicos pasaron en los 7 años que llevan en Quintana Roo. Y solo 2 de ellos pudieron meter al equipo a la liguilla. El profe Cruz que les dio el campeonato de liga, el de Concacaf y una semifinal más, y Miguel Herrera que los dejó en Cuartos de Final. A partir de ahí, la efectividad de los estrategas en Atlante no supera el 45%. Cuando careces de un proyecto a largo plazo, cuando no tienes la claridad de sostener la base de un equipo y contratas más de 12 jugadores por torneo, no tienes esperanzas de progresas, y esto parece que a los señores Burillo y Couchonal les importó un pepino. Tal vez si Toñito García, el más grande atlantista del mundo tuviera el dinero y los recursos necesarios, hoy tendríamos Atlante para rato en 1ra. Lastima que los otros 2 lo ataron de manos y José Antonio vio caer al equipo de sus amores en primera fila.
Ahora, hay una situación que podría dejar al equipo en el máximo circuito y que conociendo lo mal que se maneja esta liga, no me sorprendería que en unas semanas Decio de Maria salga a declarar que no habrá descenso este año. La cosa está así: Desde que Grupo Salinas adquirió a Atlas, en Atlante de inmediato surgieron las quejas del proceso y de la manera en que su más cercano contendiente en la lucha por no descender fue rescatado. Y es que en parte tienen razón, por los acuerdos de “NO MÁS MULTIPROPIEDAD” y esos cachondeos que se dan en la Liga Mx. El meollo del asunto es que Burillo y compañía metieron queja en la FMF, la cual ni los peló. Ahora, pocos lo saben, pero el caso ya está el FIFA y en el momento que le den seguimiento a esta situación, seguramente y como somos los mexicanos “Para evitar problemas mayores” Atlante pueda seguir en Primera división y todo esto sea un mal susto para la afición azulgrana.
En lo que se decide si se van o se quedan, de mi parte les doy mi más sentido pésame a su hinchada, a esa gente que lleva los colores en la piel, a esa fidelidad, historia y alegría que ha caracterizado a esta afición. Y perdón si suena feo, pero tal vez el descenso a 2da sea lo mejor que le puede pasar a Atlante hoy en día. A ver si sus dueños y directivos valoran las institución, comprenden la historia y tradición que representa y acompañados de un proyecto solido y de continuidad regresan al “EQUIPO DEL PUEBLO” al lugar que se merece. Mientras ustedes y yo cantemos:
«LES GUSTE O NO LES GUSTE, LES CUADRE O NO LES CUADRE, EL ATLANTE ES SU PADRE Y SI NO…»